Un domingo por la mañana, cuatro amigos empresarios salen a jugar golf, tenían muchos años si compartir de esta manera y mientras se acercan al primer hoyo uno decide ir a lavar unas pelotas antes de iniciar la partida.
Para entablar una conversación, uno de los hombres comenta sobre lo exitoso que es su hijo - "Carlos ha ganado muy buena fama gracias a su empresa de remodelación, comenzó como carpintero y hoy día tiene una gran empresa donde diseña y construye su propia línea de mobiliario, en realidad ha ganado tanto éxito que en el último año pudo construirle una casa nueva a un buen amigo suyo". El segundo amigo no se queda atrás y cuenta que su hijo Samuel comenzó vendiendo carros, pero ha sido tan exitoso que ahora es dueño de un gran concesionario. “Es tan exitoso que en los últimos seis meses le ha regalado dos carros nuevos de paquete a su mejor amigo”.
El tercer amigo no quiere sentirse menos y comienza su historia rápidamente, “Manuel es economista y ha hecho mucho dinero trabajando en la bolsa de valores, en realidad ha tenido tanto éxito que el último año le regaló un portafolios lleno de títulos de bonos a un amigo suyo”.
Cuando el cuarto amigo se acerca al grupo los otros tres le preguntan casi al unísono “Oye José, ¿qué hace tu hijo Fernando?”. A lo que el cuarto amigo responde, “en realidad no estoy muy complacido con lo que se ha convertido mi hijo, durante quince años Fernando ha sido peluquero y recientemente he descubierto que es gay, pero debe ser muy bueno en lo que hace porque en el último año recibió una casa nueva, dos carros y un portafolios lleno de títulos de bonos”…
Mariel Salazar
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