lunes, 16 de mayo de 2011

Una mamá albañil


Esta es la historia de…

… soñar con la casa perfecta, que no se compare con ninguna, en la que cada rincón sea un lugar para vivir, para soñar, para meditar y perderse por segundos de la propia vida no es tarea fácil.

Para DiosaCristina, darle vida a su casa, la llevó a convertirse en una especie de albañil encantadora y llena de exigencias, y ésta quizás ha sido una de las tareas más maravillosas y difíciles de cumplir en sus años de vida. Batir cemento, pegar bloques, medir, romper y hasta montarse en el techo a colocar milimétricamente cada teja en su lugar, han sido algunas de las tareas que con gusto ha emprendido sólo por conseguir su casita como soñó.

En ocasiones sus amigas y comadres, las plantas, quienes regaba y arreglaba sin descansar, quedaron solas y al descuido. Celosas se marchitaban, para no darle colorido a la obra magistral de DiosaCristina.

A pesar de las inconvenientes y altercados con sus matas, ha logrado compaginar su rol de albañil con el de madre sin igual, cálida, tierna y sobre todo mujer. Una de esas que no deja de peinarse ni muchos menos de teñirse el cabello. Llena de polvo y tierra, llegaba sin un minuto menos ni un minuto más a la peluquería a que la arreglaran y poder seguir desempeñando su papel de “mamá albañil”.

Recuperando la confianza y estima de sus celosas amigas las plantas y con su cabello enlacado, DiosaCristina, continúa construyendo su vida y sus sueños en su casa ideal.

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