Una buena amiga, madre de un niño de dos años, tomaba una ducha luego de una calurosa jornada ordenando su casa. Mientras cantaba en la ducha, su pequeño hijo entró al baño de manera silenciosa y ella no pudo darse cuenta de su compañía.
El chiquillo tomó el papel de baño y se envolvió como una momia enrollando todo su cuerpo, al percatarse la madre de aquella "maravillosa" idea se alteró y regañó a su bebé, pero luego de mirar lo tierno que se veía envuelto en papel blanco cambió de parecer y decidió buscar su cámara fotográfica. Tomó un par de fotos y las colocó como tarjetas para los regalos de navidad de la familia. Pocos días después de las fiestas decembrinas, la joven madre recibió una llamada de un familiar, quien riendo a carcajadas le preguntó si había detallado bien la foto que había tomado. Luego de unos segundos observando la foto con detenimiento, pudo ver lo que sugería su pariente. En uno de los extremos de la foto aparecía su reflejo completamente desnudo con la cámara fotográfica en la mano, aunque no podía soportar la vergüenza pidió disculpas y colgó la llamada.
Mariel Salazar
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