martes, 31 de mayo de 2011

La ñapa de la desdicha

      Me encontraba yo caminando desde mi trabajo vía a la peluqueria, casi a mi lado iba una señora, que por lo que pude apreciar era abogada. Estaba muy bien vestida, entaconada y con una pinta muy de gala para esa hora de la mañana…

            La señora al llegar a la peluqueria dijo que ella necesitaba un cambio completo  de look porque quería que su espiritu naciera nuevamente.

            Yo en mi silla ya lista para arreglarme el cabello estaba atenta escuchando los requerimientos de la señora y pensaba que posiblemnete algo le había pasado y por eso decidió hacerse un cambio de estilo, pensé que podría ser para verse mejor y estar bien con ella misma.

            Analizaba en mi interior: "qué mujer no se hace una transformación para mejorar su apariencia y dar una mejor impresión, pues hasta yo con esa gordura lo hiciera”.

            Cabello caía y caía al suelo mientras que aquella cincuentona seguía contando su desdichada mañana, mientras que a la vez  alegaba que ganaba más que cualquiera de los que estuviesemos en el lugar.

            Cuando voltearon  su silla y quedó frente al espejo se llevó la gran sospresa  y dijo: -¿ y mi cabello? Esto no era lo que yo quería, ahora si es verdad que mi esposo va a dejarme.

            La desdicha de la señora se hizo aún más grande con lo ocurrido, pero ya no había nada que hacer. El peluquero sólo expresó que ella había accedido a una nueva imagen y que eso era lo que el le había hecho.
         
          A la pobre no le quedo más que salir llorando y ni le pagó.

“Los peluqueros nunca estarán en sintonía contigo y pocos harán lo que realmente quieres si tú no lo especificas. Hablar es un recurso de todo ser humano… ¡Úsalo!”

Ysabel Chópite

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