Hace algunos años, cuando tenia 16 mas o menos, conocí a una mujer, una mujer mucho mayor que yo, muchos años mayor que yo. Y, si, suena increíble, de hecho fui tan criticado, incluso tu que estas leyendo esto me critiques; aun así, quiero compartir mi historia.
Ella era 35 o más años mayor que yo, trabajaba con mi abuelo, ahí la conocí. Al principio me pareció una mujer muy tierna y consentidora. Me gustaba mucho estar con ella, me mimaba y me contaba cosas de su vida. En verdad había sufrido mucho, su pasado la había tratado mal, ella era muy humilde, y sus hijos -a pesar de que trabajaban en el extranjero- jamás la ayudaban económicamente, y su esposo (si, era casada) era un imbécil alcohólico que la maltrataba y la golpeaba. Ella me contaba todo, así, conforme fue pasando el tiempo, empezamos a hacernos los mejores amigos.
Me acostumbré a ella, y siempre la respete, y ella a mi, pero conforme pasaban los meses me empecé a dar cuenta que lo que parecía amistad se transformaba en algo más. Me fijé entonces que estaba enamorado de ella. Aún así, jamás se lo dije, por miedo o respeto, no lo sé.
Así seguimos durante un tiempo, pero después ella dejo de trabajar con mi abuelo y fue cundo sentí realmente su ausencia, así que la buscaba por las calles del pueblo y el día que la encontré no me contuve más y se lo dije: “Doña Lupe, quiero decirle algo que ya no puedo callar, estoy enamorado de usted, se que suena ridículo, y espero no ofenderla con mis palabras, pero, este sentimiento ya no lo puedo contener, me gustaría que nos volviéramos a ver como antes”.
CONTINUARÁ...
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